viernes, noviembre 18, 2005

La pared de Arantxa

Con una semana de pinturreo a cuestas y mi paciencia casi totalmente agotada (según los expertos, pertenecemos a la generación de la satisfacción inmediata, lo que significa que cualquier trabajo que dure más de un día ya nos parece un rollo-repollo y además nos agota. Si algún experto me lee, puede citarme como caso práctico), el amarillo hortera de las paredes va desapareciendo y en su lugar va perfilándose el salón un poco más acogedor que habíamos pensado.

Así que, con la pintura aún fresca (y las cintas de papel sin quitar, no es que me haya salido por los bordes, eh?), aquí os envío las primeras fotos del nuevo look del salón, que no es por querer renegar de mi condición de manazas-hembra tan bien asumida, pero me ha quedado estupendo, como si fuese yo la artista de la familia en lugar de la intelectual de prestigio.

Como veis, además del blanco (que me ha quedado chipén) hemos, digo HE, que el artista del aquaplas no se ha manchado ni un poco, decía que he puesto una pared de Arantxa, que no podía llamarse de otra manera ya que está inspirada en una idea original suya (vamos, que la hemos copiado descarao). Así que Arantxi, ya sabes, a tu larga lista de reconocimientos y méritos, añádele la pared dedicada que desde hoy tienes en Barcelona. Para que no digas.








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