jueves, noviembre 24, 2005

Antes muerta que sencilla

A pesar de la prohibición-recomendación-súplica de cierto artista del aquaplas para que deje de imitar a la Lindo, gloria y prez de nuestras letras modernas, hay veces que me viene un sentimiento así como de escritora que da cursos de verano en el Escorial que, ché, ché, me trae en un sinvivir.

Y es que en cuanto mis cinco lectores me piden que añada entradas a esta bitácora (lo de blog está mal que lo diga una traductora puesta e impuesta en español fetén, gracias, señor Castro) yo, que siento que me debo a ellos igual igualito que la Lindurri a sus ocho millones, lo dejo todo, incluida la traducción urgente para mañana, y me siento aquí a "esgrimirme las neuronas" un rato, según la expresión feliz de una familiar a quien no voy a citar para evitar futuras rencillas(fraternales).

Pero claro, ocurre que la Lindurri lo tiene muy fácil, viviendo en Nueva York y de presidenta consorte del Instituto Cervantes, que así, Lindurri, lo siento pero está chupao, a ver a quién no se le ocurren cosas, con esa existencia cosmpolita e internacional. Yo en cambio, que llevo tres días encerrada en casa, y que lo más interesante que he hecho ha sido pintar el dormitorio de gris y blanco (chic que te pasas, aunque esté feo que yo lo diga), pues no encuentro experiencias glamurosas que transmitir a mis cinco lectores de la península y el extranjero.

Así que, hasta que empecemos a comprar muebles, que siempre da para fotos más jugositas y curiosonas, aquí os envío una foto en la que los del Hola me pillaron mientras iba a comprar el pan a Opencor, o pensabais que me pasaba el día en chándal pintando paredes. :)




















También os envío más fotos del fin de semana, para que no penséis que tuvimos al probre Chimo escaleras arriba y abajo sacando muebles y trastos. Que también salimos a pasear por el centro, ¿eh? Thank y'all for visiting us (hola, Ella!)

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