miércoles, octubre 04, 2006

Big curda Golf Pub

Parecían estudiantes de alguna fraternidad americana escapados de la peli hortera de turno. Pero no, señores, no. Eran miembros de la Venerable Institución, en versión Estudiante.07 (segundo año), Estudiante.08 (primer año, que no novatos, 'amos hombre), Partneres versión universal, e incluso un ejemplar de HVAUSCPM.03 (He Vuelto A la Universidad Sin Clases Pregúnteme Como, y ya va la tercera).

La cosa era que club de rugby de la Venerable Institución celebraba su fiesta anual de bienvenida para los nuevos socios. Y el método escogido fue ciertamente original: Un pub golf. Es decir, un recorrido por los 9 pubs de la zona en el que los participantes (formados en grupos aleatorios de Estudiantes.07, Estudianes.08 y Partneres) tenían que ir completando los hoyos bebiendo pintas de cerveza en el número de golpes estipulado como par, que era de uno a cuatro por pinta. ¿Fácil, no? Ah, para hacerlo aún más interesante, entre el quinto y el octavo pub estaba prohibido ir al baño. Y un pequeñito detalle adicional que tocó en lo más profundo a la tradicional y ya legendaria vergüenza ajena española: Para que el grupo fuese fácilmente reconocible, ellos tenían que vestir camisas hawaianas y ellas, camisetas con estampado animal.


El especimen HVAUSCPM.03 no pudo beber esa noche por rigurosa prohibición médica, así que se dedicó (con saña, hay que decir) (es que la envidia es muy mala) a sacar fotos y fotos y fotos de los participantes. Y como una imagen vale más que mil palabras, pues aquí os las dejo, que son más jugositas, y yo tengo la inspiración de vacaciones (la muy desgraciada).




martes, septiembre 19, 2006

La noche...

Algo malo tenía que tener Londres. Aparte de los precios, quiero decir. Lo de los precios altos se considera incluido en el pack, igual que en el precio de un billete de cine viene incluida la señora de la fila de atrás que cuenta la peli a las cinco butacas de su alrededor, por si los espectadores necesitan ayuda adicional. Pero me aparto de la cuestión. Decía que algo malo tenía que tener Londres y, tras unos cuantos fines de semana aquí, creo que empiezo a descubrirlo: no hay marcha en Londres. No me refiero con lo de marcha a los restaurantes, que de eso hay para aburrirse. Ni a los pubs, que llevan vida aparte (queridos niños, otro día hablaremos de los pubs ingleses). Pero toda la constelación de discotecas, bares, bares musicales, etecé etecé etecé, llenos de gente pasándolo en grande son como una cuestión de fe: tú sabes que existen, pero nunca los has visto.

Pongamos un grupo de estudiantes españoles cualesquiera (¡he vuelto a la Uni, ueoo, pero sin clases! ¡pregúnteme cómo!) que un viernes por la noche intentan hacer en Londres lo que cualquier persona haría en Madrí (snif), Barcelona, Valencia o Azuqueca de Henares: ir a un sitio a oír un poco de música, acodarse en la barra o marcarse un territorio en la pista, según gustos, y pasar un rato. ¡Ja! Los pobres ilusos... En Londres no se puede. No, no. Que no, caramba. Ahora os lo explico: En Londres todos los bares nocturnos tienen fuera, de serie, tres porteros tamaño armario sobre los que no hay que extenderse porque todo el mundo conoce bien su idiosincrasia particularísima. Pero además, los bares nocturnos ingleses tienen un elemento nuevo desconocido para el espanish medio: Una señorita en la puerta con una lista en la mano. Contra todo pronóstico, la señorita es la que se encarga de fastidiar la diversión, diciendo "You can't get in if not on the list", que en román paladino viene a ser "Si no estáis en la lista, largarse de una vez y no tocar las narices más, puñetas."

Igual da que los estudiantes se ofrezcan a pagar cualquier tipo de entrada, que le cuenten que estudian en la Venerable Institución, que dejen caer que van a ser los ejecutivos del mañana o que dejen traslucir con la mirada el "Ya vendrás a mi banco a pedir la hipoteca, jap...". Ella, ni se inmuta. Yo, con tres gorilas así detrás, tampoco creo que me inmutara mucho, la verdad.

Así que los estudiantes, agotados todos los recursos, se ven obligados a ir a algún sitio de los de "sin lista" donde, por el módico pago de unos 2o pounds (30 euros o, mejor aún, 5.000 pesetazas de las que duelen), pueden estar hasta las 3 en un garito cutre en el que, en Madrí, no durarían ni cinco minutos.

Así que, cuando en el Hola o el Vanity Fair nos enseñan las fotos de Madonna, la Paltrow o la Macca en super fiestas londinenses, no creáis que las sacan por ser cantantes polémicas, actrices oscarizadas o diseñadoras fashion, no. Las sacan porque ellas sí logran entrar. Mis heroínas.

miércoles, septiembre 06, 2006

Londinenses de pro

Tres semanas llevamos aquí instalados y, con esa excitación con que el recién llegado intenta mimetizarse entre nativos, y febriles porque nuestra pronunciación del "th" sea perfecta, nos hemos lanzado a hacer todas las cosas típicas que, pensamos nosotros, uno tiene que hacer en Londonia:

-- Buscar casa. Bien, eso no solo se hace en Londonia, sino en cualquier parte del mundo. Uno llega, se hace un presupuesto, busca, llora, busca otra vez, y encuentra. La variante londinense es que el "uno encuentra" es equivalente exacto de "y otro uno se hace millonario". En mi próxima reencarnación quiero ser landlord londinense porque, adonde hemos llegado, es mucho, pero mucho mejor que ser Lord a secas.

-- El carnaval de Notting Hill. Aunque en todas las guías de Londres pone que desde aquella película el barrio ha perdido autenticidad y está lleno de miríadas de turistas buscando la puñetera librería, es bonito verlo. Sobre todo para quien puede. Lo más cerca que pudimos llegar fue a la fila diez, y además la alta concentración de gente hace que, por lógica, la concentración de cretinos también sea bastante elevada. En definitiva, lo mejor es olvidarse del desfile y pasear por el barrio, comer comida caribeña (deutchecitos: había mamoncillos!), beber leche de coco y bailar en algún "sound point", que es una forma bastante inglesa de llamar a las verbenas callejeras. Vamos, lo mismo que en las fiestas del pueblo, pero en Londres. Y con horario londinense, of course: a las 7, todos a casita...

-- Ver alguna exposición de renombre internacional, si puede ser polémica mucho mejor. Todo el camino hacia el pabellón donde se exponía Bodies - The Exhibition estuve preguntándome qué hacía yo, cagueta prototípica donde las haya e hipocondríaca de libro, yendo a ver una exposición de cuerpos reales despellejados y disecados al mejor estilo de los antiguos museos de horrores. Sin embargo, una vez allí, la cosa cambió. Vale, era escalofriante pensar que esos cuerpos eran de gente de verdad, pero luego empezamos a mirar lo que había dentro y, uf, era impresionante. Tantos músculos, terminaciones nerviosas, vasos capilares, vísceras... y todo en su lugar y perfectamente acoplado. Viendo aquello, se entiende lo de que el hombre es la máquina más perfecta que existe. Como el momento trascendente no podía durar mucho, también hubo tiempo para el "ji, ji, y solo es eso?" femenino ante la contemplación de la anatomía masculina al desnudo (y lo cuento sin complejos porque acabo de leer que es un rasgo antropológico universal, o sea que nada de sacudir la cabeza al leer esto, que lo mismito habríais mirado todos).
A estas alturas, la prensa española ya se había enterado de mi llegada a Londres, así que no pudimos librarnos de las cámaras ni siquiera en la tranquila visita a la exposición. Había un equipo de Cuarto Milenio, el programa del canal 4, preparando un reportaje sobre la expo, así que estad atentos, porque en cosa de quince días saldré dando explicaciones a todo el mundo mundial. ¡ Que alguien me lo grabe, por favor!

- Ver un musical en el West End. Bueno, no sé si puede considerarse algo típicamente londinense, ya que una vez en el teatro, uno se daba cuenta que había más españoles que en la Gran Vía en un día de paseo. Pero lo pasamos en grande. Vimos El rey león, a la espera de que estrenen Sonrisas y Lágrimas con la ganadora de How do You Solve a Problem like Maria (la maruja que llevo dentro rezuma felicidad. Nunca vi OT ni chorradas semejantes y, sin embargo, no me pierdo el casting para la selección de María en el musical londinense, con Andrew Lloyd Weber participando como cascarrabias y todo).

- Excursión dominical a Oxford. Igual que todo el mundo tiene un tío en América, pues yo tengo un primo en Oxford. Y (aunque por poco tiempo), más buenos amigos. Así que allí nos plantamos, a ver iglesias antiguas, dar un paseo por la orilla del Támesis y creer llenos de felicidad que empapuzarse de salchichas y puré de patatas es un acto de integración cultural de primer orden.

- Ir a un pub.
- Volver al pub.
- Descubrir el pub de al lado.
- Abrirse una cuenta en un pub (como lo cuento, totalmente verídico).
- Declarar que los pubs ingleses son lo mejor que hay y quezz poffavo alguien me traiga otra cevveza.
- Volver a casa dando trompicones.
- ¡¡¡YA ESTAMOS INTEGRADOS!!!

sábado, agosto 12, 2006

Londonia, oh, Londonia!

Tras mucho marear la perdiz con el dichoso viaje a Londonia, por fin, llegamos ayer. Como nosotros todo lo hacemos con publicidad, en cuanto en Valencia se supo que nos ibamos, montaron un dispositivo policial de mil pares de diablos, con cinco controles de seguridad, registros por aqui y por alla, y atencion, la delicadeza de no tener que cargar con ningun equipaje de mano, porque para nuestra comodidad, nos facturaron todo, todo y todo, hasta el telefono movil.

Hemos llegado a Londonia y ya estamos plenamente integrados en la City: llevamos dos mangas, cada uno brega con su correspondiente resfriado y no entendemos el sistema de transporte publico. Vamos, como los londianenses de pro. Aun no hemos pasado por la Venerable Institucion (donde se estudia el Masters del Universo), asi que de momento nos vemos confinados a cibercafeses de Oxford Street, donde los teclados no tienen acentos (como se ve).

El lunes empieza la feroz busqueda de casa, asi que no se lo pierdan, que seguiremos informando...

miércoles, julio 26, 2006

Adiós, Barcelona, adiós

Pues resulta que una se crea un blog para informar a amigos, familiares, conocidos y demás habitantes del mundo mundial de cómo se vive en Barcelonia, y de repente se encuentra con que, apenas a 3 entradas de la fiesta de inauguración, ya está escribiendo el articulillo de despedida.

Este hecho sugiere (i) que la autora ha sido un poco vaga al actualizar la bitácora (a lo que ella aduce que la vida taaan interesante en Barcelonia no le ha permitido ni un segundo libre), y (ii) en fin, que la estancia ha sido, ciertamente, breve.

Ya no habrá más patinaje por el casco antiguo de Barcelona, con Carlitos protestando porque, ahora que le habían cogido en la London después de tanto ajetreo, a ver si va a partirse él la crisma contra un adoquín y tanto preparar ensayos ha sido para nada.

Ya no habrá más piques con ciclistas anónimos por el carril bici de la diagonal, en el que cada semáforo es una línea de salida para una carrera desaforada (qué entrada de blog tan buena, lástima que nunca la escribí).

Ya no habrá más cenas en el gallego, Shibui, Polpa, Thai Gardens, Vaso de Oro, Quimet Quimet, Xampanyet, etcétera etcétera (iba a poner "cenas, pinchos y tapas", pero desengáñate, viajero: Barcelona tiene muchas cosas que molan, pero bares de tapas, no).

Ya no habrá más juergas en Quilombo, Light of Gas... (esta lista es corta, porque la golfería madrileña se convirtió en responsabilidad parejil al trasladarse a Barcelona. O qué pasa).

Y en fin, que nuestros siete lectores (que nos consta, ya han llegado a ser casi catorce) (incluidos Carlita y Jamie que apenas tienen semanas), ya no disfrutarán de la vida en Barcelona narrada a través de nuestros ojos (elevo el tono para que se capte la trascendencia de este momento).

Pero en cambio... van a poder disfrutar mucho más de la nueva etapa... Londres... con el cambio editorial MALIGNÍSIMO que eso supone. Ya os lo cuento, así volvéis a entrar otro día, que me dan las estadísticas muy pocas visitas y eso, en un blog de vocación internacional y mundano como éste, no pué ser.

lunes, julio 03, 2006

We are sorry, so sorry

Ya no quiero esconderlo más: tengo una relación paralela. Todos los días, en cuanto Carlos sale de casa, yo descuelgo el teléfono y paso minutos, horas, mañanas enteras, escuchando la voz al otro lado del teléfono, mientras susurro reproches, recuerdo promesas olvidadas, para terminar gritando y clamando al cielo con una furia española que para sí quisiera esa Selección nacional del pan pringao que por ahí pulula.

En mi descargo, tengo que decir que no soy la única que tiene estos amores culpables. Conozco muchas chicas (y chicos) que, en algún momento de su vida, se han dejado seducir por el magnetismo irresistible, la atracción irrefrenable, de ellos. Los que nos atrapan en seguida, nos crean dependencia, nos obligan a repetir una y otra vez... los inefables servicios de atención telefónica. Actualmente mantengo una pasional historia de odio-odio con mi proveedor de Internet, pero antes fueron la compañía de teléfonos, el servicio de reparaciones de mi ordenador, la empresa donde tengo alojado el dominio Web...

No voy a aburrir con los detalles de este tipo de relación, porque todo el mundo sabe cómo son. Empieza por una inocente llamada, va seguido de un aumento en la frecuencia de llamadas parejo al crecimiento de la mala uva del que llama, y termina dos meses después, de pura chiripa, cuando por fin consigues dar con el único de los 120 telefonistas que sabe de qué habla o cuando (con menor frecuencia) la compañía te soluciona el problema. Pero cuando se soluciona, te quedas sola, con tus instintos homicidas recién descubiertos (matar-a-alguien, matar-a-alguien), aturdida y confusa.

Menos esta vez. Porque después de dos meses de batalla casi diaria, de la retahila de "Quiero hablar con alguien que entienda, ¡puñetas!", "Oiga, yo no tengo nada que ver, a mí que me cuenta", o "Oiga, yo no puedo pasarle con un supervisor. Si quiere protestar, tendrá que enviar una carta", mi proveedor de Internete, tan picarón él, se me ha descolgado con esto:

Una recopilación de canciones que se titulan (copio): I'm Sorry, Sorry seems to be the hardest word, Sorry, Perdona, Perdoname. El mensaje, profundo e intrincado, parece difícil de descifrar, pero creo que se entiende. Claro que a mi me habría puesto más un vídeo del director general en calzones flagelándose a causa de su manifiesta incompetencia. Pero bueno...

Y en fin, yo, mañana, culminaré esta bella historia llena de pasión gavilana dándome de baja del servicio. Porque me canso de que intenten comprarnos con un lápiz. Porque el feminismo moderno impide rebajarse por un ramito de flores o perdónames. El que nos vayamos a ir de aquí en un par de semanas también podría influir. Pero sobre todo porque, por pura mala suerte, el disquito ha llegado al mismo tiempo que la factura de teléfono. Y con lo que me he dejado en su maldito nueve-cero-dos podría haberme comprado yo misma las obras completas de Brenda Lee y los otros cuatro autores de su recopilación preciosa. Hay que fastidiarse.

lunes, mayo 15, 2006

Alea jacta est

Los dioses, encarnados esta vez en comisión de admisiones de una prestigiosa escuela londinense, han hablado. Y han dicho, con voz cavernosa: "De acueeerdo, pequeño saltamontes. Puedes consagrar los dos próximos años a cruzar pasillos y aulas de esta venerable institución. Este mensaje se autodestruirá en los próximos quince minutos".

La alegría que el anuncio ha causado en el pequeño saltamontes, gran mago de los sudokus, artista incomparable del aqua plassse, no puede describirse con palabras. Henchido de justa alegría y regocijo, no ha dudado en correr hacia el que será su próximo hogar, a requerimiento de la redacción de esta bitácora, siempre deseosa de dar a sus siete lectores la información más actualizada posible. Aquí le tienen, impasible el ademán, ante su nueva escuela... ¡muchas felicidades, Carlos!

domingo, marzo 26, 2006

Quién diría que, por una vez, me iba a pillar trabajando

Sábado, 2 de la madrugada. Estás tecleando ante el ordenador soñolienta, con el forzoso cambio de horario al que obliga esa verbena clandestina que me han plantado a la puerta de casa ("Me voy una semana a las fiestas de Castellón: ¡Me lo voy a pasar en grande!", decía la ilusa), dudando entre si maldices la buena idea de aceptar un encargo de viernes para lunes --en plenas fiestas--, o si mejor prefieres coger una escopeta y montar un Puerto Hurraco a la moderna, en plena verbena festera, que seguro que al día siguiente abres hasta el Telediario de La 2...

En esas tiernas reflexiones se te han pasado diez minutos, miras el reloj del ordenador por hacer algo y de repente, caramba, que son las tres y diez. Te restriegas los ojos pensando que la pólvora de los últimos días te ha dañado el lacrimal, abres Internete para ver si el ordenador funciona bien (una causa efecto jamás explicada, pero cierta como la más cierta de las verdades cósmicas universales), y de repente la verdad, escrita en letras bien grandes en la página del buscador, te salta a la cara como un pulpo de tebeo y entonces descubres que eras la única pardilla en el universo que no sabía que esta noche cambiaba la hora. Y a mi me ha pillado trabajando. Maldita mi estampa... Abajo suena, por quinta vez, el pe-pe-pe de Carlinhos Brown. Me voy por la escopeta.

lunes, febrero 27, 2006

La cremallera (I): Azín fue




Barcelona, agencias.

Fuentes bien informadas nos han confirmado lo que desde hacía días corría como rumor por los mentideros de toda la península y zonas de ultramar: La semana pasada, los duques de Acqua-plasse, en un mal disimulado intento de epatar, lograron reunir a lo más selecto de la sociedad barcelonesa y de alrededores en una brillante fiesta de cremaillere con la que inauguraron su residencia al borde del mediterráneo. Nos cuentan que la fiesta duró hasta altas horas de la madrugada y que fluyeron generosamente el vino y otros licores que dotaron de gran exotismo a la velada, como las bebidas de importación caipirinha, de origen brasileño, y la neoyorkina Cosmopolitan, en versión libre. Uno de nuestros intrépidos reporteros, que no sin grandes esfuerzos consiguió burlar el fastuoso dispositivo de seguridad desplegado, nos ha remitido las siguientes imágenes:














Como todo el mundo sabe, las fiestas deben empezar por el pasillo y terminar en la cocina, pasando por el salón. En ese sentido, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la fiesta fue comme-il-faut. ;)

La cremallera (II): Los distinguidos invitados

Gonzalo y Laurie, the couple of the year. Si siguen posando así de bien, el reportaje de la boda en junio les va a quedar niquelao. Ya te digo. Antes muerta que zinzilla: Para más információn, véase el post titulado "Angelitos". De la casta el viene al galgo...
Jaume con la representación sueca en esta fiesta internacional. Algún alguien masculino, encantado con la idea, preguntó si no había más, preferiblemente guapas y altas como éstas...
Grasas y Gonzalo (G and G), discutiendo sobre las impliaciones de la razón pura y sus últimas aplicaciones al pragmatismo lógico. Gloria informa a Gonzalo (otra vez G&G, podíamos haberlo puesto como motu de la fiesta) de que Grasas le ha metido un gol con lo de la razón pura, que de lo que de verdad entiende Grasas es de Gigantosteología y Mesmerismo. Ayyyy

Anabel, detrás de Carlos, riéndose de todo. ¿Mesmerismo? Si eso ya está muy visto...

Luis pregunta a Miguel qué bobadas dicen de la razón pura, y si no hay nadie en esta fiesta que sepa hacer una buena caipiriña, por favor.Javi y Lucy reponen fuerzas antes de empezar a preparar las mini-copeits con las que asombraron a la concurrencia entera.


Jaume y Silvia, como son partidarios de la razón crítica, pasan olímpicamente '92 de la polémica :)

La cremallera (III): Estampas festivas
















El anfitrión, en su singular y muy característica pose para fiestas de alto copete.
















Grasas parece estar preparándose para regalar al público una de sus celebradas cancioncillas. Sin embargo, por mucho que parezca, no cantuvo, no cantuvo (endevé como cambia el cuento).
















Alguien comenta que ha oído que la razón pura tiene algunas aplicaciones básicas en el pragmatismo lógico. Otro alguien contesta, en cambio, que el precio de los tomates sigue estando muy caro.

Y el vídeo, ¡claro! ¿Qué sería de la era de la imagen sin video? Eso sí, para hacerlo verdaderamente natural, no hay que decir que se está grabando, sino simplemente que se van a hacer fotos. Espontaneidad garantizada, y si no, vean...

La cremallera (IV): Buenas y malas ideas para una fiesta




Utilizar varias cámaras

Así se puede conseguir la típica serie de avispado/a con cámaro/a de fotos/as en mano/a dispuesto/a fotografiar a otro avispado/a.



















Ensalada
Hacer una ensalada, para demostrar que se está con los tiempos y que somos gente ecológica, concienciada y sana.


El momento bombones

Isabel, las ocasiones cambian... Pero un Ferrero es un Ferrero. Además, da origen un juego de roles divertido y hasta digno de sesudo estudio: hay quien quiere ser la Preysler, quien quiere ser los 28 amigos que se presentan sin avisar, y por último hay (hum?) quien se pirra por ser el mayordomo...







NO

Sacar la ensalada a media noche
Todos esos buenos propósitos no sirven de nada si la ensalada se queda en la cocina hasta que la fiesta llega allí...


Interrumpir una conversación ajena con una frase zúper-original

Nunca, nunca, utilices esa socorrida fórmula de ir a un grupo cualquiera e introducirte en la conversación diciendo "Huuuuy, huuuy, todo lo que éste dice, todo mentira. Si lo sabré yo".
Puede ocurrir que la conversación en cuestión la estén manteniendo un chico y una chica y, peor aún, que en ese preciso instante el chico le esté diciendo a la chica lo guapa que es. La original interrumpidora corre el peligro de terminar así:













NOTA: Conste que esto no pasó en otra fiesta. Pero en otras sí, que nos consta.

Intentar imitar los cócteles Del Diego.
Cosmopolitans como los Del Diego sólo hay unos. Y los hacen en el Del Diego, que para eso es el Del Diego y tiene barmans de la escuela del Chicote. El recurso a la agitación casera de coctelera puede terminar en desastre...

La cremallera (V): Epílogo

Espero que hayáis disfrutado de las fotos. Muchísimas gracias a todos los que vinisteis, porque nos salvasteis de estar 4 días a dieta intensiva de tortilla de patatas ;) y además porque nos llevamos un gran alegrón con vuestra presencia.

A los que no pudisteis venir, con gran dolor de vuestro corazón: También yo siento que no pudierais. Sobre todo porque me he pasado más tiempo subiendo fotos y contando la fiesta que todo lo que tardó la propia fiesta en pasar. Así que la próxima vez todo el mundo aquí sin rechistar, qué caramba.

Esperamos que nos acompañéis todos cuando inauguremos el chalete al lado del mar, que tendrá jardín y playa y no habrá que fregar al día siguiente :) Así que seguiremos informando, permanezcan atentos a sus pantallas...


¡Chas gracias, apañeros!

martes, febrero 21, 2006

Perla de la idiosincrasia nacional

Aunque la escena pueda parecer almodovariana, puedo asegurar que ni invento ni exagero nada. Lo que sigue es una transcripción fiel y exactísima de una estampa celtibérica que acabo de presenciar y que me ha dejado con todos los pelos de punta.

La escena, en una oficina de Correos. Mientras estoy rellenando uno de esos impresos infinitos, entra un rollizo mozo, con un bocata de salchichón en una mano y un fajo de cartas en la otra. Se dirige a la ventanilla y le espeta a la encargada:

- Gega, añala, e laita, carafagada.
- ¿Qué?
El tío deglute.
- Que ésta, a Italia, y las demás, certificadas.
- Ah.
Mientras el hombre ordena las cartas por destinos, sin dejar de dar unos bocados gigantescos al bocata que trae en la mano, la encargada, que piensa "ésta es la mía", saca un croissant a medias de debajo de su mesa y empieza a comer también. Al mismo tiempo, yo empiezo a desdibujarme en cuadritos, del asombro.

Cuando la mujer empieza a sellar las cartas, el hombre, que con la pericia que da la práctica consigue aunar las tareas de tener comida en la boca - hablar de modo inteligible, comenta:

- Por cierto, cuando pille a vuestra cartera del barrio XXX, me la como (amenaza seria si se ve lo que queda de bocata).
- ¿Y eso?
- Pues porque me pierde una carta certificada con acuse de recibo que va a un local. ¿Tú crees que eso se puede consentir?
- Hombre, pero eso no adelantas nada con decírmelo a mí. Hay una página de servicio al cliente...
- Bah, bah, bah, la culpa de todo la tiene el país. ¡España es el furgón de cola de Europa! ¡Estamos a la cola en todo! ¡Y es por culpa nuestra!

En este momento, el hombre adopta una pose perfecta de ninot (mirada perdida - bocadillo en alto), qué gran pérdida para los maestros falleros de este año. Y sigue, imbatible:

- ¿Tú te crees que una carta puede tardar de España a China una semana y, en cambio, de China a España más de un mes? ¡Que lo he visto yo en un programa por la tele!
- Hombre, pues por el servicio de Correos de España, no será. Que somos uno de lso mejores de Europa, y esto ha cambiado muchísimo.
- Seguro. Uno de los peores, te lo digo yo. Que con el taller... me perdéis cartas certificadas a direcciones que me lleváis todos los días.
- Pero hombre, ya te he dicho que para eso tienes una página de quejas en Internet...

Y aquí, el paladín contra el furgón de cola celtibérico, el analista crítico y certero con los males del país, lanza su obús final, desde las mismas entrañas donde reposa ya el otrora bocadillo de salchichón:

- ¿Internet, yo? ¡Vamos, ni loco me enganchan a mi ahí! ¡No te digo!

Paga, y se va.

---- Fin -----

Estoy intentando intercalar comentarios, pero es imposible. Ni con el ingenio má vivo podría imaginar o verbalizar una situación semejante. Así que me callo, rindiéndome a la evidencia: la realidad supera tantas (¡tantas!) veces a la ficción...

¡Ah! ¿Las fotos de la fiesta? En seguidita, un día o dos...